Ocurrió hace...ochenta años

Estudiantes de la Escola del Treball de Barcelona mecanizando un engranaje cónico en una fresadora en la década de los años cuarenta.

Tres estudiantes del departamento de Fabricación Mecánica del Institut Escola del Treball de Barcelona manipulan una fresadora en un proceso de mecanizado para producir un engranaje cónico. El ambiente del taller muestra una formación eminentemente práctica que se ha mantenido hasta hoy.

El mecanizado con fresadora permite dar forma, con un elevado grado de precisión, a una amplia variedad de materiales. Esta tecnología es fundamental a la industria, puesto que hace posible la fabricación de piezas y componentes para un gran número de sectores industriales como la automoción, la aeronáutica o la industria electrónica.

En los años de la imagen, en plena posguerra, el sistema educativo estaba condicionado por la situación socioeconómica y política del momento. La enseñanza técnica, especialmente en escuelas como el Institut Escola del Treball, se consideraba fundamental para la reconstrucción económica del país. La metodología educativa se basaba en una disciplina estricta, con horarios rigurosos y una clara orientación hacia la inserción laboral. Los estudiantes tenían que adquirir habilidades prácticas para responder a las necesidades de la industria. A menudo lo hacían con recursos limitados, condiciones de trabajo duras y combinando los estudios con el trabajo.

Hoy, pasados más de cien años de la creación de la primera fresadora y con la implantación de la tecnología en todos los sectores, nuestros alumnos continúan desarrollando los conocimientos y las habilidades necesarias para proveer la industria con herramientas y piezas precisas y fiables. El aprendizaje en el campo de la fabricación mecánica combina las prácticas tradicionales con tecnología de última generación, como las máquinas CNC y el diseño asistido por ordenador (CAD/CAM).

La esencia de la formación práctica continúa siendo un elemento clave en la enseñanza de la fabricación mecánica. En el Institut Escola del Treball mantenemos vivo el espíritu de aquellos primeros alumnos que, con esfuerzo y dedicación, contribuyeron a su propio desarrollo y el del tejido empresarial de la ciudad.